2/9/11

Nuevos talentos. CaroMena con Truthuful Love




Holaa a tod@s
Hoy estrenamos la nueva seccion con la obra Truthuful de Caro mena.

Carolina Mena tiene 15 años, lo que mas le gusta en su tiempo libre es escribir novelas o leer libros sobre vampiros, la gusta escribir sobre romance y mas si es de

epoca, ya que esa es la epoca en la que a ella la hubiera gustado vivir por los vestidos largos.
Es una chica extrovertida, siempre tiene algun tema de conversación y es muy sociable con la gente.



Truthful Love es la primer obra de Carolina, aqui os dejo la sinopsis


Melanie Hamilton es una chica peculiar, heredera de unas de las fortunas mas grandes en America, esta sera perseguida por toda Europa. Ya que al tratar de ayudar a una niña llamada Ivie que corre peligro, arriesgara su vida junto un apuesto joven que no se imaginara que terminara enamorada de el y que el formara un papel muy importante en su vida tanto como en la historia.

Truthful Love es el primer libro de una saga de 4.

Si os quereis poner en contacto con Carolina pinchar en el muñequito


Aqui podreis leer el primer capitulo ire poniendo los siguientes.


Capitulo 1

Londres Mayo 1912
-En un palacio real.
-¿Palacio?
-Si, En un maravilloso e inmenso palacio de cristal.
-Suena lindo.
-¿Lindo? -inquirió Anne, con incredulidad- ¿solo lindo?, vivir en un palacio como ese debe ser lo mas hermoso que pueda pasarte en la vida.
-No lo creo -resolvió Melanie, sacudiendo la cabeza-. Hay otras cosas.
-¿Que otras?
-No lo se. Otras.
-Melanie...
-Muchas otras.
-¿No te gustaría una vida llena de...?
-¿De que? -pregunto Melanie dando un nuevo mordisco a su manzana.
-De...
-¿De?
-No -admitió Anne, suspirando hondamente- supongo que no estas interesada.
-Supongo que no.
-Tu amas el campo ¿verdad?
-Mucho -le sonrió, encogiéndose de hombros-. Nací en medio de uno.


Dale a mas informacion para seguir leyendo.

-Nacimos en medio de uno -corrigió Anne-, aunque tu siempre lo amaste mas que yo.
-¿Y lo dices con tristeza?
-Solo lo digo. Además, eso te hizo única, y por eso...
-¿Que?
-Por eso te quiero tanto.
Melanie esbozó una segunda sonrisa, una tan brillante y sincera que le transimitió a Anne a la perfección el inmenso cariño que compartía con ella.
-Si no corremos -advirtió Melanie al consultar el reloj de la pared- llegaremos tarde a clase. Vamos, la campana esta a punto de sonar.
-¿Una carrera?
-¿Que? ¿Anne Harcourt quiere competir conmigo en una carrera?
-Para Anne Harcourt sería un honor.
-Pero Lady Harcourt -acentúo su amiga con una gentil reverencia- llegará usted fatigada y sudorosa al salón de clases, y entonces ningún príncipe se enamorara de su belleza para conducirla hasta su castillo de cristal.
-Deja de burlarte y prepárate.
-No me digas que no te lo advertí.
-Uno...
-Dos...
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Tres veces sonó la campana al interior de colegio St. Paul para dar aviso a los estudiantes en sus aulas que era hora de regresar a sus habitaciones después de un largo...
-Muy largo día de clases -se quejó Melanie con amargura.
-Es que no estudiaste lo que nos pidió la hermana Kate, Mel. Por eso te regaño.
-Cathy, juro que intenté meterme el libro entero en mi cabeza pero entre mas me esforzaba...
-Menos cabía.
-Tal vez soy alérgica a los libros.
-Cuando quieras puedo ayudarte a repasar la clase.
-Acepto. Pero ahora tenemos que hacer maletas porque mañana partiremos finalmente a Escocia.
-Por eso estas tan ditraída.
-¡Por eso estoy feliz! Después de que la hermana Margaret me perdonó ¡No dejo de contar los días para escapar de esta pri...!
-¡Melanie! No lo digas tan alto que te van a escuchar.
-¿Que? -sonrió Melanie, y llenó intencionalmente sus pulmones de aire- ¡Que ya quiero salir de esta prisión oscura!
-Vámonos ya -tiró Cathy de su brazo- antes de que el perdón te dure poco.
-Oye, Cathy -dijo Melanie al entrar a su cuarto- Anne habló sobre un castillo en Edimburgo. Una castillo y su príncipe de los cuentos. ¿Sabes algo?
-Un príncipe -pensó Cathy- Ah, ya recuerdo. Parece que la familia real de Inglaterra pasará las vacaciones en su villa de Edimburgo. Anne esta emocionada porque el príncipe heredero y su hermano estarán allí durante el verano.
-¿Emocionada? ¿Por eso?
-Nos todos los días se conoce en persona al próximo rey de Inglaterra.
-Tal vez -concedió Melanie poco convencida. arrojándose de espaldas a su cama- ¿Pero que probabilidades tenemos de verlos? No saldrán de su villa ¿o si?, y si lo hacen estarán custodiados por sus guardias ¿no?
-Quizás ofrezcan una fiesta para homenajear a los príncipes e invitarán a los personajes mas distinguidos de la región.
-¿Eso nos incluye?
-No veo porque no.
-En que cosas pierde Anne su tiempo -saltó Melanie de su cama.
-Algunas pierden el tiempo soñando con altos castillos, y otras en averiguar como trepar en ellos.
-Muy graciosa.
-Eres buena maestra.
-Y... ¿como dices que se llama el príncipe heredero?
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-¿Edward?
-¿Si?
-¿Donde has estado? te he estado buscando por todos lados.
-No buscaste aquí.
-Es evidente.
-Estoy empacando ¿No derías hacer lo mismo?
-Estoy ocupado.
-Como siempre nos retrasarás, hermanito.
-Estudiaba en la biblioteca y no me di cuenta de la hora.
-No te das cuenta de mucho en estos días.
-No, no quiero. Ve a empacar.
-No seas tan regañón. Estamos en verano. La época del amor y de...
-Y de que la gente se comporte estúpidamente. Dije que fueras a empacar. A papá no le gustan  los retrasos.
-Di lo que quieras. Alguien como tu no lo entenderían. Nunca te has enamorado.
-Berth, mi cerebro no necesita llenarse de aire. Además, tu eres capaz de enamorarte hasta de un árbol con faldas.
-Eres un pesado.
-Pesado, absurdo... pero poderoso. Muy poderoso.
-Aún no llegas al trono, hermanito.
-No falta mucho, y aún así tengo a mi disposición todo lo que quiero.
-¿Y todo lo que quieres es todo lo que necesitas?
-Hazme un favor -resopló Edward-, sigue soñando con tus princesas rosas mientras yo empaco y me preparo para conocer a mujeres de verdad.
-Ah, claro. Mujeres de verdad. Recuerdo tus gustos: vanas, aburridas, ligeras...
-¡Hey! -increpó, Edward- Mide tus palabras.
-Ojalá encuentres de alguien que de verdad te quiera, Ed. Lo necesitas con urgencia.
-Poco me importa. Sal de aquí.
-Esta bien, pero recuerda mis palabras. No vale la pena vivir la vida sin alguien a quien amar, y sin...
-¡Fuera!
Edward VIII, el príncipe heredero a la corona de Inglaterra, dio media vuelta y se dirigió hacia su estudio privado convencido de que las cursilerías de las que su hermano hablaba tales como amor y fidelidad eran eso: cursilerías. Nada resultaba práctico y el príncipe de Gales no tenía ningún interés por aquello que no le fuera de alguna utilidad.
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-¿Escocia?
-Melanie, Anne, Cathy vendrán con nosotros ¿Que te parece?
-Me parece que es hora de hacer maletas -afirmó Mark, yendo hacia su armario- será un verano maravilloso... e inolvidable.
Steve se volvió a mirar a Mark lentamente, con una ceja en forma de arco.
-¿Lo imaginé o suspiraste, Mark?
-¿Suspiré?
-¿Quien es la culpable, Anne o Melanie?
-¡Steve!
-No te molestes conmigo. Quien no puede responder a algo tan simple eres tu.
-No estoy de humor.
-¿Te sientes bien?
-No, y mi enfermedad se llama...
-¿Terrence otra vez?
-No es mi culpa que sea un imbécil. Sigue abriendo la boca mas de lo necesario.
-¿Que fue ahora?
-Cualquier cosa que diga molesta.
-Deja de prestarle atención.
-¿Y por que debería?, pensará que le tengo miedo.
-Es el cuento de nunca acabar -murmuró Steve- ahora que lo pienso, son muy parecidos.
-Además -continuó Mark, sin escuchar a su hermano- lo quiero lejos de Melanie.
-Si -volvió a murmurar Steve- muy parecidos.
-¿Que dices?
-Que ya entiendo mejor. Pero no lo culpes de tener los mismos gusto que...
-¡No tenemos nada en común!, lo que yo siento por Melanie no se compara con lo que el siente por nada. Melanie no sabe la clase de persona con la que...
-Melanie es libre de elegir con quien estar.
-No la quiero ver cerca de el.
-Mark...
-Ni a el de ella.
-¿Te estas escuchando?
-Su Arthur estuviera aquí todo sería distinto.
-¿Solo a Arthur le darías permiso de acercarse a Melanie?
-No es gracioso.
-Claro que no. Melanie sabe lo que hace. Así que deja de decir tantas tonterías juntas.
-¿No te importa que caiga en las manos de ese tipo?. es tan despistada y tan...
-¿Sería mejor que cayera en las tuyas?
-Olvídalo.
-Mark -dijo Steve, al acercarse a su hermano y tomarlo por el hombro- también me preocupo por Melanie y siempre la cuidaré de ella, pero amarla no significa  ser su dueño.
-Amar. ¿Tu sabes que es eso?
-Anne lo sabe. Ella te ama.
-Anne aún es una niña.
-Son de la misma edad.
-Da igual.
-Será mejor que vayamos a dormir -sugirió Steve, liberando un contagioso bostezo y estirar largamente  los brazos- mañana será otro día. Por cierto ¿Sabes si Luisa y Daniel irán con nosotros?
¡Ay no! los olvide por completo, se dijo Mark a si mismo palmeándose la frente. Ah. al diablo con ellos, determinó. ¿Que mas daba? mientras el estuviera con sus amigos, nada amrgaría  sus vacaciones.
Ojalá "ese" tampoco de aparezca por ahí.
-¡Mark! -exclamó Steve por enésima vez.
-¿Qué?
-¿Que pasa contigo, oíste lo que te pregunté?
-¿Luisa y Daniel? -refunfuñó Mark- Si, por supuesto que irán.
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-Yo espero que no permitas un capricho mas, Andrew. Ya tengo demasiado de tu hijo. ¿Hasta cuándo aprenderá a comportarse como un...?
-Terry sabe lo que tiene que hacer. Déjalo en paz.
-¡Andrew! No puedes permitir que tu hijo nos humille así. ¿Delante de la realeza?, no lo consentiré.
-No tienes que ir si no lo deseas.
-Tu tampoco lo soportas, lo se bien. Por eso lo mantienes alejado. Por eso es que no le has dejado volver a esta casa desde...
-Estoy muy ocupado, por favor sal de aquí.
-No hay duda de que es tu hijo. Ambos son...
-¡No lo voy a repetir! -gritó el duque, finalmente. 
La puerta de cerró estruendosamente al paso de la Duquesa de Preminger. Para entonces su opinión sobraba, concluyó Andrew Preminger. Todo estaba decidido. Su familia había sido invitada a la fiesta de bienvenida del Rey Edward VII y de sus hijos Edward VIII y George VI, en su villa de Edimburgo, Pero por falta de tiempo, el Duque resolvió nombrar a su hijo Terrence como el representante oficial de su familia en tal evento.
¡Órdenes, órdenes! Eso es todo lo que sabes decir!, le grito Terry al escuchar de su boca una más. Pero a pesar de sus constantes negativas por observar los compromisos de su padre y de su acérrima insubordinación, Andrew Preminger le heredaría el título de Duque a su primogénito. No le era revelante que lo aborreciera. Lo esencial era obligarlo a cumplir con su legado y con la vida que para su fortuna o desgracia le había tocado vivir.
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-Una vida de la cual intentas huir. ¿no?
-No intento. Lo hago.
-¿Y piensas huir para siempre?
-¿Quieres acompañarme, poddle?
-Hablo en serio.
-Yo también.
-¿Por que te gusta meterte en tantos problemas, Terry?
-En realidad, prefiero meterme en tu dormitorio.
-No tienes remedio.
Que largas serían las tardes si no pudiera escaparme a platicar contigo. No importa que te burles de mi. Con verte reír es suficiente.
Melanie se descubrió dibujando una sonrisa en el rostro y se dio un pellizco para ahuyentarla.
¿Que estoy pensando?
-¿Por que sonríes, Melanie?
-No sonreía.
-Pues deberías hacerlo mas a menudo.
-Estar contigo me lo impide.
-¿Y como logro eso?
-Lo mismo me pregunto.
Los rayos del sol iluminaron por última vez el cielo vespertino en Londres antes del último minuto del día. A Melanie se seguía pareciendo un espectáculo maravilloso. Uno que podía compartir con alguien que disfrutaba como ella.
-Es hermoso. En Escocia debe ser igual
-Pronto lo descubriremos.
-Oye, Terry...
-¿Si?
-¿Es cierto?
-¿Es cierto que?
-Que no te gusta tu vida.
-Cállate y mira -dijo el, refiriéndose al atardecer.
-Pero, te hice una pregunta.
-Una muy tonta. 
-Si lo es.
-¿Por que?
-¿No vas a callarte?
-Se que no quieres obedecer a tu padre pero...
-Mejor me voy -concluyó, poniéndose de pie- hablas demasiado.
-¿Por que no le dices lo que sientes -pregunto ella, corriendo tras el- ¿Por que no...?
-¿Por que no mejor te metes en tus asuntos? -la miró por encima del hombro, sin detenerse.
-No intento juzgarte -insistió Melanie- pero no me agrada ver que...
-Deja de seguirme.
-¿Por que?
-¿Como que por que? -se paró de golpe- ¡Hazlo y punto!
-Yo hago lo que yo quiera..
-No cerca de mi.
-Tu eres quien siempre se acerca.
-¿Yo? -apuntó Terry hacia su cara- ¿Quién es la que esta siguiéndome?
-Estoy caminando junto a ti. No te estoy siguiendo.
-¡Pues camina por otro lado!
-No me grites.
-¿Y que pasa si lo hago?
-¡Engreído!
-¡Tonta!
-¡Necio!
-¡Entrometida!
-¡Bruto!
-¡Torpe!
-¿Yo, torpe?
Melanie decidió demostrarle quien era el torpe. A pesar de que Terry caminaba mucho mas rápido que ella, pudo adelantársele dos pasos y deliberadamente le puso el pie. Terry trastabilló torpemente pero alcanzó a detener su caída con un ágil reflejo. Se volvió a mirarla con los ojos encendidos. Melanie le sonrió dulcemente, balanceándose sobre su cintura como niña buena. El aristócrata apretó sus labios duramente y decidió retomar su camino sin mirar atrás. Melanie lo despidió risueña, segura de poder escuchar el rechinido de sus dientes.
-¡Y no vengas a pedirme perdón! -agregó- ¡Mañana me voy a Escocia!
¿Perdón?, Pensó Terrence, ya veremos quién le pide perdón a quien.
-¿Que demonios le pasa? -se preguntó Melanie a solas.
Luego se sentó nuevamente al pie del árbol pensando inevitablemente en Terry y su desconcertante personalidad. Que complicación, concluyó al tirarse sobre el pasto. Pensar en el se había vuelto una costumbre demasiado cotidiana.
-¿Acaso esta loco?
El viento comenzó a tornarse a frío. Melanie se cubrió con sus brazos y decidió regresar a su dormitorio andando lentamente el camino de vuelta.
... Pensando inevitablemente en ti.
-¿Melanie?
-¿Si?
-¿Estas bien? -Cathy se acomodó las gafas y miró a su amiga de pies a cabeza.
-Si, Cathy, estoy bien.
-¿Por que estas tan pensativa?
-No es nada.
-Puedes contarme, si quieres.
-Gracias, pero no es importante.
-Viste a Terry ¿cierto?
-No -le sonrió nerviosamente.
-¿Cierto?
-¡No!
-¿Cierto?
-Cathy ¿Desde cuándo eres tan curiosa?
-Ya lo dije, tengo excelente maestra. Además no existe otro ser humano que te ponga así.
-¿Así como?
-Algo torpe.
-¿Torpe yo? -a Melanie le resultó familiar el comentario.
-Solo digo la verdad.
-Tengo frío y hambre, Catherine Hellsing. Es todo.
-De acuerdo -dijo Cathy con ironía-. buenas noches. Que tengas dulces sueños.
-Tu también.
-¿Yo?, no lo creo. Terry Preminger no aparece en mis sueños.
-¡Cathy!
Oh, cielos, suspiro Melanie al entrar a su cuarto, creo que he creado un monstruo.
Continuara...
Datos curiosos:
Albert, duque de York (familiarmente Berthie), asumió el reino con el nombre de George VI en 1936. (1895-1952)

2 comentarios:

  1. Pues mi blog existe con el propósito de hacerle publicidad a otros blogs, blogs novelas, foros, libros, pues la verdad todo lo que pueda existir en el mundo del internet. Cualquier pagina. http://soycomounagalleta.blogspot.com/ Besos.

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  2. Pues mi blog existe con el propósito de hacerle publicidad a otros blogs, blogs novelas, foros, libros, pues la verdad todo lo que pueda existir en el mundo del internet. Cualquier pagina. http://soycomounagalleta.blogspot.com/ Besos.

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